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viernes, 1 de agosto de 2008

Dejemos de hablar de Jesús

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CONTENIDO
- Lecturas del Día
- Primera Lectura
- Salmo
- Santo Evangelio
- El Mensaje de Hoy

LAS LECTURAS DEL DIA

1/08/2008, Viernes de la 17ª semana de Tiempo Ordinario

PRIMERA LECTURA
El pueblo se juntó contra Jeremías en el templo del Señor
Lectura del libro de Jeremías 26, 1-9


Al comienzo del reinado de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá, vino esta palabra del Señor a Jeremías: -«Así dice el Señor: Ponte en el atrio del templo y di a todos los ciudadanos de Judá que entran en el templo para adorar, las palabras que yo te mande decirles; no dejes ni una sola. A ver si escuchan y se convierte cada cual de su mala conducta, y me arrepiento del mal que medito hacerles a causa de sus malas acciones. Les dirás: "Así dice el Señor: Si no me obedecéis, cumpliendo la ley que os di en vuestra presencia, y escuchando las palabras de mis siervos, los profetas, que os enviaba sin cesar (y vosotros no escuchabais), entonces trataré a este templo como al de Silo, a esta ciudad la haré fórmula de maldición para todos los pueblos de la tierra." » Los profetas, los sacerdotes y el pueblo oyeron a Jeremías decir estas palabras, en el templo del Señor. Y, cuando terminó Jeremías de decir cuanto el Señor le había mandado decir al pueblo, lo agarraron los sacerdotes y los profetas y el pueblo,- diciendo: -«Eres reo de muerte. ¿Por qué profetizas en nombre del Señor que este templo será como el de Silo, y esta ciudad quedará en ruinas, deshabitada? » Y el pueblo se juntó contra Jeremías en el templo del Señor.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 68, 5. 8-10. 14
R. Que me escuche tu gran bondad, Señor.

Más que los pelos de mi cabeza son los que me odian sin razón; más duros que mis huesos, los que me atacan injustamente. ¿Es que voy a devolver lo que no he robado? R. Por ti he aguantado afrentas, la vergüenza cubrió mi rostro. Soy un extraño para mis hermanos, un extranjero para los hijos de mi madre; porque me devora el celo de tu templo, y las afrentas con que te afrentan caen sobre mi. R. Pero mi oración se dirige a ti, Dios mío, el día de tu favor; que me escuche tu gran bondad, que tu fidelidad me ayude. R.


EVANGELIO
¿No es el hijo de¡ carpintero? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?
Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 54-58


En aquel tiempo, fue Jesús a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decía admirada: -«¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?» Y aquello les resultaba escandaloso. Jesús les dijo: -«Sólo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta.» Y no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe.

Palabra del Señor.


EL MENSAJE DE HOY
Dejemos de hablar de Jesús
Arturo Quirós Lépiz

Amados hermanos, que el Señor les bendiga.

Ayer con mucha tristeza dialogaba y discutía con una amiga, pues entre los vecinos mensualmente hacemos canastas para algunas familias necesitadas sin importar el credo y habemos muchos católicos y evangélicos, como debería ser.

Esta amiga dijo que no podía dar mas porque no le alcanzaba para tanto.
¿Para tanto? Le pregunté. Y me dijo que , en su congregación le dicen que si ella ayuda al prójimo eso NO es parte del diezmo y por ende, si quiere ayudar que ayude, pero que eso no es "diezmo" y que igual está obligada a dar el diezmo a su congregación sin importar cuanto ayude a los necesitados.

Yo la verdad sentí una gran tristeza de ver como nos hemos encargado de llenar de "reglas" y "estatutos" tontos el amor al prójimo. ¿Ahora resulta que ayudar a los pobres no es agradable a Dios? ¿Que haría Jesús? Acaso iría al tempo a dejar una ofrenda en vez de levantar al paralítico o sanar al ciego?. ¿No está acaso Jesús en el pobre?

En una entrevista le preguntaron a La Madre Teresa de Calcuta que cómo hacía para limpiar leprosos y curar tantos enfermos. El reportero le decía que el, ni por un millón de dólares lo haría. A lo que ella le contestó: "Ah, yo tampoco lo haría por un millón de dólares. Lo hago porque ahí está Jesús y me necesita".

Hermanos, muchas veces pasamos la vida hablando de Jesús y predicando de palabras, mas cuando llega la hora de actuar hacemos todo lo contrario de lo que predicamos.

Dejemos de hablar de Jesús, dejemos ya de predicar con palabras e iniciemos una vida donde sean nuestras obras y nuestro testimonio los que griten que amamos a Cristo y así muchos quieran conocer a ese Jesús a quien el dinero no le importa y prefiere que acompañes al solitario en vez de que le des tu dinero.

Tu amigo y hermano
Arturo

"Si habueritis fidem,
sicut granum sinapis!"
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Sn Jn. 3:16

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