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jueves, 3 de septiembre de 2009

Pedí a Dios

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CONTENIDO
- Lecturas del Día
- Primera Lectura
- Salmo
- Santo Evangelio
- El Mensaje de Hoy


LAS LECTURAS DEL DIA

03/09/2009, Jueves de la 22ª semana de Tiempo Ordinario

PRIMERA LECTURA
Nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 9-14

Hermanos: Desde que nos enteramos de vuestra conducta, no dejamos de rezar a Dios por vosotros y de pedir que consigáis un conocimiento perfecto de su voluntad, con toda sabiduría e inteligencia espiritual. De esta manera, vuestra conducta será digna del Señor, agradándole en todo; fructificaréis en toda clase de obras buenas y aumentará vuestro conocimiento de Dios. El poder de su gloria os dará fuerza para soportar todo con paciencia y magnanimidad, con alegría, dando gracias al Padre, que os ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.

Palabra de Dios.



Salmo responsorial Sal 97, 2-3ab. 3cd-4. 5-6
R. El Señor da a conocer su victoria.

El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad. R. Tocad la cítara para el Señor, suenen los instrumentos: con clarines y al son de trompetas, aclamad al Rey y Señor. R.



EVANGELIO
Dejándolo todo, lo siguieron
Lectura del santo evangelio según san Lucas 5, 1-11

En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: -«Rema mar adentro, y echad las redes para pescar.» Simón contestó: -«Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.» Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a lo socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: -«Apártate de mi, Señor, que soy un pecador.» Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: -«No temas; desde ahora serás pescador de hombres.» Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

Palabra del Señor



EL MENSAJE DE HOY
Pedí a Dios
Arturo Quirós Lépiz


Pedí a Dios fuerza para grandes logros:
me hizo débil para que aprendiera humildemente a obedecer

Pedí riquezas para poder ser feliz:
me dió pobreza para poder ser sabio

Pedí poder para obtener alabanzas de los hombres:
me dió debilidad para sentir la necesidad de Dios.

Pedí de todo para disfrutar de la vida:
me concedió la vida para poder disfrutar de todo
lo que El me a dado.

No recibí nada de lo que pedí, pero me fue otorgado todo lo que necesité y me fueron concedidas todas las peticiones que no hice.

Soy entre todos una persona afortunada.


Hermanas y hermanos, entre todas las cosas que pedimos a Dios, a veces reclamamos el no haber recibido lo que queríamos, sin embargo Dios, nos mira sabiendo lo que realmente necesitamos y no viendo lo que nosotros, quienes a veces nisiquiera entendemos lo que deseamos, le pedimos.

La próxima vez que no recibas lo que pediste, recuerda que Dios no te dará algo que no sea bueno para tí, y que nunca nada de lo que recibas, si lo pediste con fé, será un mal sino que siempre tendrá oculta la perfecta voluntad de Dios.

Su amigo y hermano
Arturo

"Si habueritis fidem,
sicut granum sinapis!"
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Sn Jn. 3:16

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