Camino hacia el Perdón - V PARTE
- Lecturas Bíblicas de Hoy
- Marcos Witt
LECTURAS DE HOY
11/04/2007, Miércoles de la Octava de Pascua
PRIMERA LECTURA
Te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo, echa a andar
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 3, 1-10
En aquellos días, subían al templo Pedro y Juan, a la oración de media tarde, cuando vieron traer a cuestas a un lisiado de nacimiento. Solían colocarlo todos los días en la puerta del templo llamada «Hermosa», para que pidiera limosna a los que entraban. Al ver entrar en el templo a Pedro y a Juan, les pidió limosna. Pedro, con Juan a su lado, se le quedó mirando y le dijo: - «Míranos.» Clavó los ojos en ellos, esperando que le darían algo. Pedro le dijo: - «No tengo plata ni oro, te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo Nazareno, echa a andar.» Agarrándolo de la mano derecha lo incorporó. Al instante se le fortalecieron los pies y los tobillos, se puso en pie de un salto, echó a andar y entró con ellos en el templo por su pie, dando brincos y alabando a Dios. La gente lo vio andar alabando a Dios; al caer en la cuenta de que era el mismo que pedía limosna sentado en la puerta Hermosa, quedaron estupefactos ante lo sucedido.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 104, 1-2. 3-4. 6-7. 8-9
R. Que se alegren los que buscan al Señor.
Dad gracias al Señor, invocad su nombre, dad a conocer sus hazañas a los pueblos. Cantadle al son de instrumentos, hablad de sus maravillas. R. Gloriaos de su nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor. Recurrid al Señor y a su poder, buscad continuamente su rostro. R. ¡Estirpe de Abrahán, su siervo; hijos de Jacob, su elegido! El Señor es nuestro Dios, él gobierna toda la tierra. R. Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil generaciones; de la alianza sellada con Abrahán, del juramento hecho a Isaac. R.
SEGUNDA LECTURA
EVANGELIO
Lo reconocieron al partir el pan
Lectura del santo evangelio según san Lucas 24, 13-35
Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: - «¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?» Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: - «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?» Él les preguntó: - «¿Qué?» Ellos le contestaron: - «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; como lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace ya dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron.» Entonces Jesús les dijo: - «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?» Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: - «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída,» Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció. Ellos comentaron: - «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?» Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: - «Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.» Y ellos contaron lo que les habla pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Palabra del Señor.
EL MENSAJE DE HOY
Camino hacia el Perdón - V PARTE
Arturo Quirós Lépiz
Mis amados amigos y hermanos que gusto poder saludarles nuevamente y continuar con este camino hacia un perdón integral para lograr paz en nuestras vidas.
Anteriormente vimos como el primer paso es un perdón total a Dios, a quien culpamos de todo lo malo que nos pasa incluso, cuando esos resultados no son mas que el eco de nuestras acciones. Al mismo tiempo tuvimos que pedir perdón a Dios por dudar de su voluntad.
Hoy vamos a iniciar con el segundo paso de este proceso que es :
PERDONAR A QUIENES NOS HAN HECHO DAÑO
Y vaya que es difícil para humanos comunes tomar la decisión de perdonar a otros cuando "aún duele" y es que mucha gente pasa años de su vida guardando rencores hacia otras personas, sin darse cuenta de que cada rencor es una piedra enorme para su alma. Una piedra que debe arrastrar mientras no decida perdonar.
Recordemos también que perdonar es UNA DECISIÓN y no algo que hagamos cuando "sentimos hacerlo", pues somos humanos y obviamente el orgullo siempre nos va a impulsar tontamente a "no perdonar" para castigar a esa persona. Lo irónico es que quien no duerme, quien se duele, quien se castiga es precisamente la persona que no desea perdonar.
Recordemos el Padre Nuestro que Cristo no enseñó. "Perdona nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que nos ofenden". En esta oración decimos a Dios que nos perdona con la misma misericordia que nosotros perdonamos, con la misma medida, con la misma prontitud y eficacia de nuestro perdón hacia nuestros hermanos.
Que tal, mis amados, si Jesús nos dijera que hoy no tiene ganas de perdonarnos y que está tan dolido que no sabe si pueda hacerlo. Que le demos un tiempo para que piense a ver si acaso nos perdona. ¿Suena ridículo verdad? Sin embargo son las excusas mas clásicas que ponemos para no perdonar a los demás.
Perdonar es una decisión que tomas para SER LIBRE, no para nada mas. Es tu responsabilidad hacerlo. Pero que difícil es cuando han sido personas que nos han hecho daño físico o espiritual muy profundo.
La tarea para mañana mis amados amigos es hacer una lista de a quienes sentimos que debemos perdonar. Recorre tu corazón y busca en el todo el rencor u odio que tengas y ponlo en una "cesta". Toma cada persona, cada herida, cada dolor y a como los vayas encontrando ponlos en una canasta en tu mente que mañana la revisaremos. ¿Por que? Porque muchas veces nos da miedo ver nuestro corazón y nisiquiera sabemos ya a quien odiamos y pasamos amargados sin siquiera recordar el motivo.
Como siempre la tarea no es fácil, pero es parte del camino a recorrer.
Tu amigo y hermano
Arturo
"Si habueritis fidem,
sicut granum sinapis!"
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Sn Jn. 3:16
11/04/2007, Miércoles de la Octava de Pascua
PRIMERA LECTURA
Te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo, echa a andar
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 3, 1-10
En aquellos días, subían al templo Pedro y Juan, a la oración de media tarde, cuando vieron traer a cuestas a un lisiado de nacimiento. Solían colocarlo todos los días en la puerta del templo llamada «Hermosa», para que pidiera limosna a los que entraban. Al ver entrar en el templo a Pedro y a Juan, les pidió limosna. Pedro, con Juan a su lado, se le quedó mirando y le dijo: - «Míranos.» Clavó los ojos en ellos, esperando que le darían algo. Pedro le dijo: - «No tengo plata ni oro, te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo Nazareno, echa a andar.» Agarrándolo de la mano derecha lo incorporó. Al instante se le fortalecieron los pies y los tobillos, se puso en pie de un salto, echó a andar y entró con ellos en el templo por su pie, dando brincos y alabando a Dios. La gente lo vio andar alabando a Dios; al caer en la cuenta de que era el mismo que pedía limosna sentado en la puerta Hermosa, quedaron estupefactos ante lo sucedido.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 104, 1-2. 3-4. 6-7. 8-9
R. Que se alegren los que buscan al Señor.
Dad gracias al Señor, invocad su nombre, dad a conocer sus hazañas a los pueblos. Cantadle al son de instrumentos, hablad de sus maravillas. R. Gloriaos de su nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor. Recurrid al Señor y a su poder, buscad continuamente su rostro. R. ¡Estirpe de Abrahán, su siervo; hijos de Jacob, su elegido! El Señor es nuestro Dios, él gobierna toda la tierra. R. Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil generaciones; de la alianza sellada con Abrahán, del juramento hecho a Isaac. R.
SEGUNDA LECTURA
EVANGELIO
Lo reconocieron al partir el pan
Lectura del santo evangelio según san Lucas 24, 13-35
Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: - «¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?» Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: - «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?» Él les preguntó: - «¿Qué?» Ellos le contestaron: - «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; como lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace ya dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron.» Entonces Jesús les dijo: - «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?» Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: - «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída,» Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció. Ellos comentaron: - «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?» Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: - «Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.» Y ellos contaron lo que les habla pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Palabra del Señor.
EL MENSAJE DE HOY
Camino hacia el Perdón - V PARTE
Arturo Quirós Lépiz
Mis amados amigos y hermanos que gusto poder saludarles nuevamente y continuar con este camino hacia un perdón integral para lograr paz en nuestras vidas.
Anteriormente vimos como el primer paso es un perdón total a Dios, a quien culpamos de todo lo malo que nos pasa incluso, cuando esos resultados no son mas que el eco de nuestras acciones. Al mismo tiempo tuvimos que pedir perdón a Dios por dudar de su voluntad.
Hoy vamos a iniciar con el segundo paso de este proceso que es :
PERDONAR A QUIENES NOS HAN HECHO DAÑO
Y vaya que es difícil para humanos comunes tomar la decisión de perdonar a otros cuando "aún duele" y es que mucha gente pasa años de su vida guardando rencores hacia otras personas, sin darse cuenta de que cada rencor es una piedra enorme para su alma. Una piedra que debe arrastrar mientras no decida perdonar.
Recordemos también que perdonar es UNA DECISIÓN y no algo que hagamos cuando "sentimos hacerlo", pues somos humanos y obviamente el orgullo siempre nos va a impulsar tontamente a "no perdonar" para castigar a esa persona. Lo irónico es que quien no duerme, quien se duele, quien se castiga es precisamente la persona que no desea perdonar.
Recordemos el Padre Nuestro que Cristo no enseñó. "Perdona nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que nos ofenden". En esta oración decimos a Dios que nos perdona con la misma misericordia que nosotros perdonamos, con la misma medida, con la misma prontitud y eficacia de nuestro perdón hacia nuestros hermanos.
Que tal, mis amados, si Jesús nos dijera que hoy no tiene ganas de perdonarnos y que está tan dolido que no sabe si pueda hacerlo. Que le demos un tiempo para que piense a ver si acaso nos perdona. ¿Suena ridículo verdad? Sin embargo son las excusas mas clásicas que ponemos para no perdonar a los demás.
Perdonar es una decisión que tomas para SER LIBRE, no para nada mas. Es tu responsabilidad hacerlo. Pero que difícil es cuando han sido personas que nos han hecho daño físico o espiritual muy profundo.
La tarea para mañana mis amados amigos es hacer una lista de a quienes sentimos que debemos perdonar. Recorre tu corazón y busca en el todo el rencor u odio que tengas y ponlo en una "cesta". Toma cada persona, cada herida, cada dolor y a como los vayas encontrando ponlos en una canasta en tu mente que mañana la revisaremos. ¿Por que? Porque muchas veces nos da miedo ver nuestro corazón y nisiquiera sabemos ya a quien odiamos y pasamos amargados sin siquiera recordar el motivo.
Como siempre la tarea no es fácil, pero es parte del camino a recorrer.
Tu amigo y hermano
Arturo
"Si habueritis fidem,
sicut granum sinapis!"
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Sn Jn. 3:16
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