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miércoles, 13 de enero de 2010

El Faro

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CONTENIDO
- Lecturas del Día
- Primera Lectura
- Salmo
- Santo Evangelio
- El Mensaje de Hoy


LAS LECTURAS DEL DIA

13/01/2010, Miércoles de la 1ª semana de Tiempo Ordinario

PRIMERA LECTURA
Habla, Señor, que tu siervo te escucha
Lectura del primer libro de Samuel 3, 1-10. 19-20

En aquellos días, el niño Samuel oficiaba ante el Señor con Elí. La palabra del Señor era rara en aquel tiempo, y no abundaban las visiones. Un día Elí estaba acostado en su habitación. Sus ojos empezaban a apagarse, y no podía ver. Aún ardía la lámpara de Dios, y Samuel estaba acostado en el templo del Señor, donde estaba el arca de Dios. El Señor llamó a Samuel, y él respondió: -«Aquí estoy.» Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: -«Aqui estoy; vengo porque me has llamado.» Respondió Elí: -«No te he llamado; vuelve a acostarte.» Samuel volvió a acostarse. Volvió a llamar el Señor a Samuel. Él se levantó y fue a donde estaba Elí y le dijo: -«Aquí estoy; vengo porque me has llamado.» Respondió Elí: -«No te he llamado, hijo mío; vuelve a acostarte.» Aún no conocia Samuel al Señor, pues no le había sido revelada la palabra del Señor. Por tercera vez llamó el Señor a Samuel, y él se fue a donde estaba Ell y le dijo: _«Aquí estoy; vengo porque me has llamado.» Elí comprendió que era el Señor quien llamaba al muchacho, y dijo a Samuel: -«Anda, acuéstate; y si te llama alguien, responde: "Habla, Señor, que tu siervo te escucha."» Samuel fue y se acostó en su sitio. El Señor se presentó y le llamó como antes: -«¡Samuel, Samuel!» Él respondió: -«Habla, que tu siervo te escucha.» Samuel crecía, y el Señor estaba con él; ninguna de sus palabras dejó de cumplirse; y todo Israel, desde Dan hasta Berseba, supo que Samuel era profeta acreditado ante el Señor.

Palabra de Dios.



Salmo responsorial Sal 39, 2 y 5. 7-8a. 8b-9. 10
R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Yo esperaba con ansia al Señor; él se inclinó y escuchó mi grito. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor, y no acude a los idólatras, que se extravían con engaños. R. Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído; no pides sacrificio expiatorio, entonces yo digo: «Aquí estoy.» R. «- Como está escrito en mi libro para hacer tu voluntad.» Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R. He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios: Señor, tú lo sabes. R.



EVANGELIO
Curó a muchos enfermos de diversos males
Lectura del santo evangelio según San Marcos 1, 29-39

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: -«Todo el mundo te busca.» Él les respondió: -«Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido.» Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios

Palabra del Señor.




EL MENSAJE DE HOY
El Faro
Arturo Quirós Lépiz

Esta noche estoy en mi cuarto, sintiéndome solo y triste.
Me parece que tanto se ha alejado
mi barco de la orilla que ya no
podré volver al faro, que ahora se ve
lejano e incalcanzable.

Siento como los vientos soplan fuerte,
y me tratan de alejar de mi refugio.
Las penas, el trabajo y la soledad
me alejan de mi Señor.

Pero hoy quiero pelear, y ya no me quiero ocultar,
lucharé y remaré, y mi meta prometida alcanzaré
pues no estoy solo ahora en este mar,
me acompaña el capitán. Aquel que dió vista
al ciego, voz al callado, alegría al triste.
Ese mismo ordena hoy a la tormenta "SILENCIO!"
y esta le obedece.

Esta noche levanto mi voz a tí Señor,
y para hacer valer tu sacrificio te
entrego hoy todo este suplicio.

Sopla en mi Señor tu espíritu, y llévame hacia tí,
pues ya no quiero naufragar en este mar, y quiero por
siempre contigo estar.

De esta forma hoy, gracias a tu misericordia puedo ver tu luz
y emprendo mi camino hacia el faro que eres tú.

Su amigo y hermano
Arturo

"Si habueritis fidem,
sicut granum sinapis!"
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Sn Jn. 3:16

lunes, 11 de enero de 2010

Yo primero...

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CONTENIDO
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- Primera Lectura
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LAS LECTURAS DEL DIA


11/01/2010, Lunes de la 1ª semana de Tiempo Ordinario

PRIMERA LECTURA
Su rival insultaba a Ana, porque el Señor la había hecho estéril
Comienzo del primer libro de Samuel 1, 1-8

Habla un hombre sufita, oriundo de Ramá, en la serranía de Efraín, llamado Elcaná, hijo de Yeroján, hijo de Elihú, hijo de Toju, hijo de Suf, efraimita. Tenla dos mujeres: una se llamaba Ana y la otra Fenina; Fenina tenía hijos, y Ana no los tenía. Aquel hombre solía subir todos los años desde su pueblo, para adorar y ofrecer sacrificios al Señor de los ejércitos en Siló, donde estaban de sacerdotes del Señor los dos hijos de Elí, Jofní y Fineés.

Llegado el día de ofrecer el sacrificio, repartía raciones a su mujer Fenina para sus hijos e hijas, mientras que a Ana le daba sólo una ración; y eso que la queria, pero el Señor la había hecho estéril. Su rival la insultaba, ensañándose con ella para mortificarla, porque el Señor la había hecho estéril. Así hacia año tras año; siempre que subían al templo del Señor, solía insultarla así. Una vez Ana lloraba y no comía. Y Elcaná, su marido, le dijo: -«Ana, ¿por qué lloras y no comes? ¿Por qué te afliges? ¿No te valgo yo más que diez hijos?»

Palabra de Dios.



Salmo responsorial Sal 115, 12-13. 14 y 17. 18-19
R. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza

¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación, invocando su nombre. R.

Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo. Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor. R.

Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo, en el atrio de la casa del Señor, en medio de ti, Jerusalén. R.



EVANGELIO
Convertíos y creed en el Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 14-20

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: -«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.» Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jesús les dijo: -«Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.» Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.

Palabra del Señor.




EL MENSAJE DE HOY
Yo primero...
Arturo Quirós Lépiz


En las aerolíneas siempre dan algunas recomendaciones al abordar, y una de las que mas impresiona es que dicen que en caso de descompresión caerán unas mascarillas con oxígeno para que cada persona se la ponga. Lo impresionante es cuando dicen que si se viaja con niños debe UNO ponerse la mascarilla primero, y luego ponérsela al niño. La razón es que si a uno le falta el oxígeno no podrá atender al niño y los dos se pueden desmayar.

Lo mismo pasa con nuestras vidas, a veces deseamos que otros cambien, y vemos la astilla en el ojo del otro y no el tronco en el nuestro. Para poder dar a otros primero debemos ponernos nosotros el oxígeno, para luego ayudar a otros.

No podemos aconsejar a otros si no estamos en contacto con Dios, no podemos pretender mostrar a otros que busquen a Dios si nosotros mismos no lo buscamos.

Esta es una invitación para llevar a otros el amor de Jesús, pero antes, debemos nosotros aceptarlo y recibirlo, para poder transmitirlo.

Su amigo y hermano
Arturo

"Si habueritis fidem,
sicut granum sinapis!"
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Sn Jn. 3:16