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viernes, 14 de marzo de 2008

Que crean en tus obras

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CONTENIDO
- Lecturas del Día
- Primera Lectura
- Salmo
- Santo Evangelio
- El Mensaje de Hoy


LAS LECTURAS DEL DIA

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Jeremías (20, 10-13)


En aquel tiempo, dijo Jeremías: “Yo oía el cuchicheo de la gente que decía: ‘Denunciemos a Jeremías, denunciemos al profeta del terror’. Todos los que eran mis amigos espiaban mis pasos, esperaban que tropezara y me cayera, diciendo: ‘Si se tropieza y se cae, lo venceremos y podremos vengarnos de él’.

Pero el Señor, guerrero poderoso, está a mi lado; por eso mis perseguidores caerán por tierra y no podrán conmigo; quedarán avergonzados de su fracaso y su ignominia será eterna e inolvidable.

Señor de los ejércitos, que pones a prueba al justo y conoces lo más profundo de los corazones, haz que yo vea tu venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa.

Canten y alaben al Señor, porque él ha salvado la vida de su pobre de la mano de los malvados”.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.



Salmo Responsorial
Salmo 17

R:/ Sálvame, Señor, en el peligro.

Yo te amo, Señor, tú eres mi fuerza, el Dios que me protege y me libera.

Tú eres mi refugio, mi salvación, mi escudo, mi castillo. Cuando invoqué al Señor de mi esperanza, al punto me libró de mi enemigo.

Olas mortales me cercaban, torrentes destructores me envolvían; me alcanzaban las redes del abismo y me ataban los lazos de la muerte.

En el peligro invoqué al Señor, en mi angustia le grité a mi Dios;
desde su templo, él escuchó mi voz y mi grito llegó a sus oídos.



Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.


Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (10, 31-42)
Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, los judíos cogieron piedras para apedrearlo. Jesús les dijo: “He realizado ante ustedes muchas obras buenas de parte del Padre, ¿por cuál de ellas me quieren apedrear?”

Le contestaron los judíos: “No te queremos apedrear por ninguna obra buena, sino por blasfemo, porque tú, no siendo más que un hombre, pretendes ser Dios”. Jesús les replicó: “¿No está escrito en su ley:
Yo les he dicho: Ustedes son dioses? Ahora bien, si ahí se llama dioses a quienes fue dirigida la palabra de Dios (y la Escritura no puede equivocarse), ¿cómo es que a mí, a quien el Padre consagró y envió al
mundo, me llaman blasfemo porque he dicho: ‘Soy Hijo de Dios’? Si no hago las obras de mi Padre, no me crean. Pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean a las obras, para que puedan comprender que el Padre está en mí y yo en el Padre”. Trataron entonces de apoderarse de él, pero se les escapó de las manos.
Luego regresó Jesús al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había bautizado en un principio y se quedó allí. Muchos acudieron a él y decían: “Juan no hizo ninguna señal prodigiosa; pero todo lo que
Juan decía de éste, era verdad”. Y muchos creyeron en él allí.

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.



EL MENSAJE DE HOY
Que crean en tus obras
Arturo Quirós Lépiz


Mis amados amigos y hermanos. Que el Señor les bendiga.
Cuantos de nosotros hemos tratado en algún momento de mostrar a otros el camino de la fé. De hablar con personas para que se aparten de algo malo y busquen nuevamente a Dios. Y a veces, porque no es fácil, nos hemos sentido tal vez sin palabras para poder ayudar a aquella persona que vemos sola, triste o incomprendida. Ya sin esperanza de vivir.

Lo cierto es que las palabras son poderosas, pero las obras y nuestro testimonio arrastran poderosamente a los que tenemos a nuestro alrededor. ¿Cómo puede alguien amargado decir a otro que Dios es amor y alegría? ¿No sería mejor en vez de hablar, estar siempre alegres para que los demás quieran conocer a quien no da toda esa alegría?

Si te has preguntado "cómo" servir a Dios y no sabes como, deja que tus obras hablen por tí. Obras de amor, de caridad, de respeto hacia los que te rodean. Fé ante las adversidades y alegría ante cada problema del día. De esta forma, los demás verán y desearán conocer el motivo de tu alegría siempre presente "a pesar de".

Que aprendamos a demostrar nuestro amor a Jesús por medio de las obras, como lo dice el Evangelio de hoy.

Tu amigo y hermano
Arturo

"Si habueritis fidem,
sicut granum sinapis!"
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Sn Jn. 3:16

jueves, 13 de marzo de 2008

Un Corazón Libre

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CONTENIDO
- Lecturas del Día
- Primera Lectura
- Salmo
- Santo Evangelio
- El Mensaje de Hoy


LAS LECTURAS DEL DIA

Primera Lectura
Lectura del libro del Génesis (17, 3-9)


Cuando Dios se le apareció, Abram se postró con el rostro en el suelo y Dios le dijo: “Aquí estoy. Esta es la alianza que hago contigo: Serás padre de una multitud de pueblos. Ya no te llamarás Abram, sino Abraham,
porque te he constituido como padre de muchas naciones. Te haré fecundo sobremanera; de ti surgirán naciones y de ti nacerán reyes. Contigo y con tus descendientes, de generación en generación, establezco una alianza perpetua para ser el Dios tuyo y de tus descendientes.

A ti y a tus descendientes les daré en posesión perpetua toda la tierra de Canaán, en la que ahora vives como extranjero; y yo seré el Dios de ustedes”. Después le dijo Dios a Abraham: “Cumple, pues, mi alianza, tú y tu posteridad, de generación en generación”.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.



Salmo Responsorial Salmo 104

R:/El Señor nunca olvida sus promesas.

Recurran al Señor y a su poder, búsquenlo sin descanso. Recuerden los prodigios que él ha hecho, sus portentos y oráculos.

Descendientes de Abraham, su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen: el Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos.

Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que un día le hiciera.


Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón”.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (8, 51-59)
Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Yo les aseguro: el que es fiel a mis palabras no morirá para siempre”.

Los judíos le dijeron: “Ahora ya no nos cabe duda de que estás endemoniado. Porque Abraham murió y los profetas también murieron, y tú dices: ‘El que es fiel a mis palabras no morirá para siempre’.

¿Acaso eres tú más que nuestro padre Abraham, el cual murió? Los profetas también murieron. ¿Quién pretendes ser tú?”

Contestó Jesús: “Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, aquel de quien ustedes dicen: ‘Es
nuestro Dios’, aunque no lo conocen. Yo, en cambio, sí lo conozco; y si dijera que no lo conozco, sería tan mentiroso como ustedes. Pero yo lo conozco y soy fiel a su palabra. Abraham, el padre de ustedes, se regocijaba con el pensamiento de verme; me vio y se alegró por ello”.

Los judíos le replicaron: “No tienes ni cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?” Les respondió Jesús: “Yo les aseguro que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy”. Entonces recogieron piedras para arrojárselas, pero Jesús se ocultó y salió del templo.

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.



EL MENSAJE DE HOY
Un Corazón Libre
San Francisco de Sales


Un corazón libre es la mejor compañía para un alma en paz.

Un corazón libre es aquel que no se aferra a su propio modo de hacer las cosas, que no se impacienta cuando las cosas no suceden como quiere.

Un corazón libre sabrá seguramente gozar de los consuelos espirituales pero no depende de ellos; y aceptará, al máximo de su capacidad, los problemas que se le presenten en lugar de los consuelos.

Un corazón libre no se ata tanto a planes y modos de orar, como para que cualquier cambio lo turbe y le cuse ansiedad.

Un corazón libre no se apega a lo que él puede controlar.

Un corazón libre ruega a Dios que su nombre sea santificado, que venga su reino, que se haga su voluntad así en la tierra como en el cielo.

Porque si el nombre de Dios es santificado, si viene a nosotros su reino, si se hace su voluntad, un espíritu libre no necesita interesarse por ninguna otra cosa.

Tu amigo y hermano
Arturo

"Si habueritis fidem,
sicut granum sinapis!"
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Sn Jn. 3:16

miércoles, 12 de marzo de 2008

Que la verdad nos haga libres

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CONTENIDO
- Lecturas del Día
- Primera Lectura
- Salmo
- Santo Evangelio

- El Mensaje de Hoy



LAS LECTURAS DEL DIA

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Daniel (3, 14-20. 49-50. 91-92. 95)

En aquellos días dijo el rey Nabucodonosor: “¿Es cierto, Sedrak, Mesak y Abednegó, que no quieren servir a mis dioses, ni adorar la estatua de oro que he mandado levantar?
Pues bien, si no es cierto, estén dispuestos para que, al oír sonar el cuerno, la flauta, la cítara, el salterio, la chirimía y toda clase de instrumentos, se postren y adoren la estatua que he mandado hacer. Pero si no la adoran, serán arrojados inmediatamente a un horno encendido. ¿Y qué dios podrá librarlos entonces de mis manos?”

Pero Sedrak, Mesak y Abednegó contestaron al rey Nabucodonosor: “No es
necesario responder a tu pregunta, pues el Dios a quien servimos puede librarnos del horno encendido y nos librará de tus manos; y aunque no lo
hiciera, sábete que de ningún modo serviremos a tus dioses, ni adoraremos la estatua de oro, que has mandado levantar”.

Entonces Nabucodonosor se enfureció y la expresión de su rostro cambió para Sedrak, Mesak y Abednegó. Mandó encender el horno y aumentar la fuerza del fuego siete veces más de lo acostumbrado.

Después ordenó que algunos de los hombres más fuertes de su ejército ataran a Sedrak, Mesak y Abednegó y los arrojaran al horno encendido.

Pero el ángel del Señor bajó del cielo, se puso junto a ellos, apartó las llamas y produjo en el horno un frescor como de brisa y de rocío, y el fuego no los atormentó, ni los hirió, ni siquiera los tocó. El rey Nabucodonosor, estupefacto, se levantó precipitadamente y dijo a sus consejeros: “¿Acaso no estaban atados los tres hombres que arrojamos al horno?” Ellos contestaron: “Sí, señor”. El rey replicó: “¿Por qué, entonces, estoy viendo cuatro hombres sueltos, que se pasean entre las llamas, sin quemarse? Y el cuarto, parece un ángel”. Nabucodonosor los hizo salir del horno y exclamó: “Bendito sea el Dios de Sedrak, Mesak y Abednegó, que ha enviado a su ángel para librar a sus siervos, que confiando en él, desobedecieron la orden del rey y expusieron su vida, antes que servir y adorar a un dios extraño”.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.


Salmo Responsorial Daniel 3
Bendito seas, Señor, para siempre.

Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres. Bendito sea tu nombre santo y glorioso.

Bendito seas en tu templo santo y glorioso. Bendito seas en el trono de tu reino.

Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos y te sientas en un trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor, en la
bóveda del cielo.





Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (8, 31-42)
Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, Jesús dijo a los que habían creído en él: “Si se mantienen fieles a mi palabra, serán verdaderos discípulos míos, conocerán la verdad y la verdad los hará libres”. Ellos replicaron: “Somos hijos de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: ‘Serán libres’?”

Jesús les contestó: “Yo les aseguro que todo el que peca es un esclavo y el esclavo no se queda en la casa para siempre; el hijo sí se queda para siempre.

Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres. Ya sé que son hijos de Abraham; sin embargo, tratan de matarme, porque no aceptan mis palabras. Yo hablo de lo que he visto en casa de mi Padre: ustedes hacen lo que han oído en casa de su padre”.

Ellos le respondieron: “Nuestro padre es Abraham”. Jesús les dijo: “Si fueran hijos de Abraham, harían las obras de Abraham. Pero tratan de
matarme a mí, porque les he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no lo hizo Abraham. Ustedes hacen las obras de su padre”.

Le respondieron: “Nosotros no somos hijos de prostitución. No tenemos más padre que a Dios”. Jesús les dijo entonces: “Si Dios fuera su Padre me amarían a mí, porque yo salí de Dios y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino enviado por él”.

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.



EL MENSAJE DE HOY
Que la verdad nos haga libres
Arturo Quirós Lépiz


Amigos y hermanos, que la paz de Dios sea derramada en sus vidas. Hace poco conocí a una pareja donde la señora, llamémosla Sandra, me dijo ser muy cristiana y me habló mucho de la Biblia y donde se congregaba. Casi no había terminado cuando me cambió el tema y me dijo que tanto ella como su esposo son dueños de una empresa y recién ese día había despedido a la secretaria (quien tenía ya tiempo de conocer).

El "pecado" de la secretaria fué saludarla como "Buenos días Sandra". Esta mujer me dijo literalmente que no soportó semejante falta de respeto. Yo la verdad no entendía y le pregunté porque no veía la falta. Ella me interrumpió y me dijo que le gritó y además ordenó a su esposo despedirla de inmediato.
- ¿Pero de que se trata? Pregunté. A lo que ella me dijo :"Le parece poco decirme 'Sandra'. No, para ella y para todos los empleados soy 'doña Sandra'".

Mis amados, luego de esta experiencia tan desagradable solo me puse a pensar en cuantas personas aún siguiendo a Jesús, o al menos eso dicen, tienen su corazón lejano y frío, olvidando que Jesús no nos preguntará cuantas veces nos congregamos sin importar nuestro credo, sino que nos preguntará cuánto bien hicimos por El, reflejado en el prójimo.

Pienso en cuantas veces nosotros somos "Sandra" y vamos por la vida llamándonos cristianos, cuando nuestros intereses son otros y donde los demás son vistos como sirvientes. Lo peor es que esta situación se da simplemente y en muchas ocasiones por el dinero y el amor a el. Bien dice el Señor que el amor al dinero es la raíz de todos los problemas.

Pidamos a Dios, que nos ayude a no auto-engañarnos y reconocer si estamos o no siguiendo sus enseñanzas de amor por los demás. Que dejemos de condenar y perseguir, para empezar a perdonar y ayudar.

Tu amigo y hermano
Arturo

"Si habueritis fidem,
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martes, 11 de marzo de 2008

No lo compliquemos

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- Lecturas Bíblicas de Hoy
- El Mensaje de Hoy

LAS LECTURAS DEL DIA

Primera Lectura
Lectura del libro de los Números (21, 4-9)


En aquellos días, los hebreos salieron del monte Hor en dirección al mar Rojo, para rodear el territorio de Edom; pero por el camino, el pueblo se impacientó y murmuró contra Dios y contra Moisés, diciendo: “¿Para qué nos sacaste de Egipto? ¿Para que muriéramos en el desierto? No tenemos pan ni agua y ya estamos hastiados de esta miserable comida”.

Entonces envió Dios contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas. El pueblo acudió a Moisés y le dijo: “Hemos pecado al murmurar contra el Señor y contra ti. Ruega al Señor que aparte de nosotros las serpientes”.

Moisés rogó al Señor por el pueblo y el Señor le respondió: “Haz una serpiente como ésas y levántala en un palo. El que haya sido mordido por las serpientes y mire la que tú hagas, vivirá”. Moisés hizo una serpiente de bronce y la levantó en un palo; y si alguno era mordido y miraba la serpiente de bronce, quedaba curado.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.


Salmo Responsorial Salmo 101


Señor, escucha mi plegaria; que a tu presencia lleguen mis clamores. El día de la desgracia, Señor, no me abandones. Cuando te invoque, escúchame y enseguida respóndeme.

Cuando el Señor reedifique a Sión y aparezca glorioso, cuando oiga el clamor del oprimido y no se muestre a sus plegarias sordo, entonces
al Señor temerán todos los pueblos y su gloria verán los poderosos.

Esto se escribirá para el futuro y alabará al Señor el pueblo nuevo, porque el Señor, desde su altura santa, ha mirado a la tierra desde el
cielo, para oír los gemidos del cautivo y librar de la muerte al prisionero.


Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel que lo encuentra vivirá para siempre.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.


Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (8, 21-30)
Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Yo me voy y ustedes me buscarán, pero morirán en su pecado. A donde yo voy, ustedes no pueden venir”.

Dijeron entonces los judíos: “¿Estará pensando en suicidarse y por eso nos dice: ‘A donde yo voy, ustedes no pueden venir’?” Pero Jesús añadió: “Ustedes son de aquí abajo y yo soy de allá arriba; ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo. Se lo acabo de decir: morirán en sus pecados, porque si no creen que Yo Soy, morirán en sus pecados”.

Los judíos le preguntaron: “Entonces ¿quién eres tú?” Jesús les respondió: “Precisamente eso que les estoy diciendo. Mucho es lo que tengo que decir de ustedes y mucho que condenar. El que me ha enviado es veraz y lo que yo le he oído decir a él es lo que digo al mundo”. Ellos no comprendieron que hablaba del Padre.

Jesús prosiguió: “Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, entonces conocerán que Yo Soy y que no hago nada por mi cuenta; lo que el Padre me enseñó, eso digo. El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que a él le agrada”. Después de decir estas palabras, muchos creyeron en él.

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.



EL MENSAJE DE HOY
No lo compliquemos
Arturo Quirós Lépiz


Amigos y hermanos, que el Señor les bendiga.
Ciertamente con el paso del tiempo muchas veces complicamos a Dios y lo llenamos de reglas, olvidando que Jesús nació sencillo y humilde en un pecebre.

Hoy recibí un correo de un hermano que decía literalmente que por la forma en que escribo "parece" que tengo amor por el prójimo, pero que el cree que cualquiera que se declare católico tiene odio por su prójimo.

Yo al leer estas cosas solo puedo ver al cielo y pedir perdón a Dios, porque en realidad no es suficiente el testimonio que damos quienes hemos conocido a Jesús. También pienso en como muchas personas, simplemente por rencor hacia la Iglesia Católica, condenan y desprecian cualquier consejo humilde que podamos dar. Este es solo un ejemplo, pero se puede dar en cualquier dirección y por tal vez trates de seguir a Dios con humildad, pero nunca faltará alguien que busque cualquier motivo para decirte que lo que haces no sirve, que no vale, que no tiene sentido por esto y por aquello.

Yo tengo miles de conocidos y amigos católicos, evangélicos, sacerdotes, pastores e incluso algunos que dicen ser ateos. Sin embargo he aprendido por sus palabras y que Jesús, ese que nos une, es mucho mas grande que cualquier rencilla tonta del pasado.

Hoy quiero bendecir a todos ustedes mis hermanos, quienes forman parte de este proyecto y a quienes estoy seguro, puedo llamar mis hermanas, mis hermanos. No permitamos que conceptos errados nos distraigan del amor de Jesús que nos ama y une por sobre todas las cosas.

Sigue, cree, camina, predica, ayuda y bendice a otros con los dones que Dios te ha dado.

Tu amigo y hermano
Arturo

"Si habueritis fidem,
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lunes, 10 de marzo de 2008

Contra el mal juicio

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- Lecturas Bíblicas de Hoy
- El Mensaje de Hoy

LAS LECTURAS DEL DIA

Primera Lectura

Lectura del libro del profeta Daniel
(13, 1-9. 15-17. 19-30. 33-62)


En aquel tiempo vivía en Babilonia un hombre llamado Joaquín, casado con Susana, hija de Quelcías, mujer muy bella y temerosa de Dios. Sus padres eran virtuosos y habían educado a su hija según la ley de Moisés. Joaquín era muy rico y tenía una huerta contigua a su casa, donde solían reunirse los judíos, porque era estimado por todos. Aquel año habían sido designados jueces dos ancianos del pueblo; eran de aquellos de quienes había dicho el Señor: “En Babilonia, la iniquidad salió de ancianos elegidos como jueces, que pasaban por guías del pueblo”.

Estos frecuentaban la casa de Joaquín y los que tenían litigios que resolver acudían ahí a ellos. Hacia el mediodía, cuando toda la gente se había retirado ya, Susana entraba a pasear en la huerta de su marido. Los dos viejos la veían entrar y pasearse diariamente, y se encendieron de pasión por ella, pervirtieron su corazón y cerraron sus ojos para
no ver al cielo ni acordarse de lo que es justo.

Un día, mientras acechaban el momento oportuno, salió ella, como de ordinario, con dos muchachas de su servicio, y como hacía calor, quiso bañarse en la huerta. No había nadie allí, fuera de los viejos, que la
espiaban escondidos. Susana dijo a las doncellas: “Tráiganme jabón y perfumes, y cierren las puertas de la huerta mientras me baño”. Apenas salieron las muchachas, se levantaron los dos viejos, corrieron hacia
donde estaba Susana y le dijeron: “Mira: las puertas de la huerta están cerradas y nadie nos ve. Nosotros ardemos en deseos de ti. Consiente y
entrégate a nosotros. Si no, te vamos a acusar de que un joven estaba contigo y que por eso despachaste a las doncellas”.

Susana lanzó un gemido y dijo:
“No tengo ninguna salida; si me entrego a ustedes, será la muerte para mí; si resisto, no escaparé de sus manos. Pero es mejor para mí ser víctima de sus calumnias, que pecar contra el Señor”. Y dicho esto, Susana comenzó a gritar. Los dos viejos se pusieron a gritar también
y uno de ellos corrió a abrir la puerta del jardín. Al oír los gritos en el jardín, los criados se precipitaron por la puerta lateral para ver qué sucedía. Cuando oyeron el relato de los viejos, quedaron consternados, porque jamás se había dicho de Susana cosa semejante.

Al día siguiente, todo el pueblo se reunió en la casa de Joaquín, esposo de Susana, y también fueron los dos viejos, llenos de malvadas intenciones contra ella, para hacer que la condenaran a morir. En presencia del pueblo dijeron: “Vayan a buscar a Susana, hija de Quelcías y mujer de Joaquín”. Fueron por Susana, quien acudió con sus padres, sus hijos y todos sus parientes. Todos los suyos y cuantos la conocían, estaban llorando.

Se levantaron entonces los dos viejos en medio de la asamblea y pusieron sus manos sobre la cabeza de Susana. Ella, llorando, levantó los ojos al cielo, porque su corazón confiaba en el Señor.

Los viejos dijeron: “Mientras nosotros nos paseábamos solos por la huerta, entró ésta con dos criadas, luego les dijo que salieran y cerró la puerta.

Entonces se acercó un joven que estaba escondido y se acostó con ella. Nosotros estábamos en un extremo de la huerta, y al ver aquella infamia, corrimos hacia ellos y los sorprendimos abrazados. Pero no pudimos sujetar al joven, porque era más fuerte que nosotros; abrió la puerta y se nos escapó. Entonces detuvimos a ésta y le preguntamos quién era el
joven, pero se negó a decirlo.

Nosotros somos testigos de todo esto”. La asamblea creyó a los ancianos, que habían calumniado a Susana, y la condenaron a muerte. Entonces Susana, dando fuertes voces, exclamó: “Dios eterno, que conoces los secretos y lo sabes todo antes de que suceda, tú sabes que éstos
me han levantado un falso testimonio. Y voy a morir sin haber hecho nada de lo que su maldad ha tramado contra mí”.

El Señor escuchó su voz. Cuando llevaban a Susana al sitio de la ejecución, el Señor hizo sentir a un muchacho, llamado Daniel, un santo impulso de ponerse a gritar: “Yo no soy responsable de la sangre de esta mujer”.

Todo el pueblo se volvió a mirarlo y le preguntaron: “¿Qué es lo que estás diciendo?”

Entonces Daniel, de pie en medio de ellos, les respondió: “Israelitas, ¿cómo pueden ser tan ciegos? Han condenado a muerte a una hija de Israel, sin haber investigado y puesto en claro la verdad. Vuelvan al
tribunal, porque ésos le han levantado un falso testimonio”.

Todo el pueblo regresó de prisa y los ancianos dijeron a Daniel: “Ven a sentarte en medio de nosotros y dinos lo que piensas, puesto que Dios mismo te ha dado la madurez de un anciano”. Daniel les dijo entonces: “Separen a los acusadores, lejos el uno del otro, y yo los voy a interrogar”.

Una vez separados, Daniel mandó llamar a uno de ellos y le dijo: “Viejo en años y en crímenes, ahora van a quedar al descubierto tus pecados
anteriores, cuando injustamente condenabas a los inocentes y absolvías a los culpables, contra el mandamiento del Señor: No matarás al que es
justo e inocente. Ahora bien, si es cierto que los viste, dime
debajo de qué árbol estaban juntos”. El respondió: “Debajo
de una acacia”. Daniel le dijo: “Muy bien. Tu mentira te va a costar la vida, pues ya el ángel ha recibido de Dios tu sentencia y te va a partir por la mitad”.

Daniel les dijo que se lo llevaran, mandó traer al otro y le dijo: “Raza de Canaán y no de Judá, la belleza te sedujo y la pasión te pervirtió el corazón. Lo mismo hacían ustedes con las mujeres de Israel, y ellas, por miedo, se entregaban a ustedes.

Pero una mujer de Judá no ha podido soportar la maldad de ustedes. Ahora dime, ¿bajo qué árbol los sorprendiste abrazados?” El contestó: “Debajo de una encina”.

Replicó Daniel: “También a ti tu mentira te costará la vida. El ángel del Señor aguarda ya con la espada en la mano, para partirte por la mitad. Así acabará con ustedes”.

Entonces toda la asamblea levantó la voz y bendijo a Dios, que salva a los que esperan en él. Se alzaron contra los dos viejos, a quienes, con palabras de ellos mismos, Daniel había convencido de falso testimonio,
y les aplicaron la pena que ellos mismos habían maquinado contra su prójimo. Para cumplir con la ley de Moisés, los mataron, y aquel día se salvó una vida inocente.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.



Salmo Responsorial Salmo 23

Nada temo, Señor, porque tú estás conmigo.


El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas.

Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad.

Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes.

Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término.



Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

No quiero la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva, dice el Señor.
Honor y gloria a ti,
Señor Jesús.


Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Juan
(8, 1-11)


En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos y al amanecer se presentó de nuevo en el templo, donde la multitud se le acercaba; y él, sentado entre ellos, les enseñaba.

Entonces los escribas y fariseos le llevaron a una mujer sorprendida en adulterio, y poniéndola frente a él, le dijeron: “Maestro, esta mujer ha
sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos manda en la ley apedrear a esas mujeres. ¿Tú qué dices?”

Le preguntaban esto para ponerle una trampa y poder acusarlo. Pero Jesús se agachó y se puso a escribir en el suelo con el dedo. Pero como insistían en su pregunta, se incorporó y les dijo: “Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra”. Se volvió a agachar y
siguió escribiendo en el suelo.

Al oír aquellas palabras, los acusadores comenzaron a escabullirse uno tras otro, empezando por los más viejos, hasta que dejaron solos a Jesús y a la mujer, que estaba de pie, junto a él.

Entonces Jesús se enderezó y le preguntó: “Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Nadie te ha condenado?” Ella le contesto: “Nadie, Señor”. Y Jesús le dijo:
“Tampoco yo te condeno. Vete y ya no vuelvas a pecar”.

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús


EL MENSAJE DE HOY
Contra el mal juicio
Arturo Quirós Lépiz


Amigos y hermanos que la paz de Cristo reine en sus vidas. Iniciamos semana y una buena forma de iniciar es reflexionando sobre la enseñanza maravillosa que nos dejan las escrituras en este día.

Cuantos de nosotros hemos sido calumniados con mentiras, historias y acciones que nunca dijimos. Esta es una de las cosas mas dolorosas que pueda enfrentar un creyente, mas sin embargo, hoy leemos con esperanza que Dios ve la verdad.

Vemos como una hermosa mujer llamada Susana fué condenada a muerte por mentiras y calumnias, mas sin embargo, en el momento cuando parecía que no había salida Dios habla a través de su profeta y los mentirosos fueron condenados. Y es que tenemos que entender esto bien, pues no debemos buscar venganza en nuestros corazones, sino por el contrario, esperar santamente la justicia de Dios, pues la verdad nos hará libres.

Por otro lado, Jesús muestra su misericordia con la "pecadora" a quienes todos, pecadores también, condenaron y la iban a apedrear. Y es que somos tan buenos para juzgar y condenar, pero Jesús los dejó perplejos y llenos de vergüenza.

Una de las cosas que mas me agrada es cuando Jesús le dice: "Mujer, ¿dónde están quienes te acusan?". Como diciendo, SOLO YO tengo el poder de condenar y juzgar. Solo Dios mis amados hermanos, conoce los corazones para poder condenar.

Si has sido objeto de chismes, mentiras o calumnias levanta tu mirada al cielo, ora a Dios y sigue firme. Sigue fiel, sigue confiando y esperando pues Dios escuchará tu oración. No desfallezcan aún cuando "te condenen a muerte" como con la mujer de la primera lectura.

Que Dios nos escuche a todos en esta semana y la verdad nos haga libres a todos.

Tu amigo y hermano
Arturo

"Si habueritis fidem,
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Sn Jn. 3:16